29 de diciembre de 2012

Capítulo 18: Volando Hacia La Pared


                    Capítulo 18: Volando Hacia La Pared


Traducción: Anita
Corrección: Jess

Luchando desesperadamente. Abrumado por los demonios de cada mutación imaginable. Algunos son pequeños, como el que vimos cuando llegamos. Otros se elevan por encima de nosotros. Muchos son extraños híbridos-mezclas de animales, lagartijas, aves, incluso peces. Otros no parecen como algo que haya visto nunca, bultos y manchas, los dientes y las garras, las sombras y sangre.
Luchamos en un estrecho círculo, espalda contra espalda. Sharmila detiene los demonios en el fuego cuando vienen a nuestro alcance. Shark rasga cabezas y los miembros libres, usando los brazos y las piernas cortadas como armas para hacer retroceder a otros demonios, él ama eso. Dervish utiliza rayos de energía mágica donde puede, y los puños y pies cuando el demonio se cierra un centímetro. Nadia se ha crecido por arte de magia las uñas y las está utilizando como espadas, diez cuchillas mortales. Beranabus utiliza una combinación de hechizos y golpes para destruir los cuerpos de nuestros enemigos, luchando con calma, controlado.
Yo arremeto con mis puños, golpeo salvajemente, tratando de ser como mucho una posible molestia. No estoy aterrorizado. Sólo asustado, pero en control. Jadeo mucho, pero sin perder la respiración. Tal vez sea porque yo sé que esto es una lucha que no puede evitarse. Incluso si me escapara, tendría que volver  y enfrentar a esos demonios de nuevo. A no ser que abandone a Art. Lo que no va a suceder.

Los demonios nos han abrumado por ahora. Hay tantos de diferentes tamaños, formas y potencias. No somos capaces de hacerles frente. Pero ellos no toman ventaja de su fuerza y números. Nos rompen y muerden, infligiendo heridas menores, pero no se amontonan sobre nosotros al mismo tiempo.
— ¿Qué está pasando? —grita Dervish, limpiándose la sangre de un demonio amarillo de la cara y pateando a distancia a una bestia semejante a una nutria. — ¿Por qué seguimos vivos?
—Como he dicho—gruñe  Beranabus, —Lord  Loss quiere jugar. Debe de haber dado órdenes de no matarnos.
—Entonces, ¿por qué no dejar de luchar? —dice Dervish.
—Cuando los demonios detectan el olor de la sangre, no siempre obedecen las órdenes de su amo—ríe Beranabus.
— ¿Así que simplemente vamos a estar aquí? —grita Sharmila con la cara brillante, iluminada por las llamas de los demonios quemados a su alrededor.
—No—dice  Beranabus. —Vamos  a avanzar hacia el castillo. Pero manteniendo nuestras defensas. Creo que nos van a permitir atravesar, pero no van a hacerlo más fácil para nosotros. Si uno de nosotros tropieza y se queda atrás…
No termina lo que dice. No es necesario. Está claro que quien tropieza será dejado para los demonios.
Luchamos a través de nuestro camino contra las filas de los demonios, avanzamos a través de los hilos de la telaraña, con los pies pegajosos, recubiertos de una sustancia similar al pegamento. El hedor es increíble, no sólo los demonios, pero toda la sangre y las tripas. Las redes que nos rodean son resbaladizas con las entrañas y los jugos vitales de los demonios que hemos herido o mutado. Lord Loss debe ser un maestro excepcional para que tantos de sus siervos perezcan en nuestras manos.
Algunos de los heridos caen entre las capas de telarañas y desaparecen en la oscuridad, gritando y gritando. Pero sus gritos nunca duran más de unos pocos segundos. A medida que nos acercamos al foso, y paso un parche donde las hebras son telarañitas, delgadas y escasas, veo lo que sucede a los que caen.
Hay tiburones como demonios flotando en la oscuridad debajo de las capas de telaraña, dando vueltas constantemente. Cada vez que un demonio se cae, los tiburones se mueven a matar, rasgando en fragmentos al desafortunado monstruo, a veces para tragarlo entero.
¡En este universo, justo cuando piensas que las cosas no pueden ir peor, suelen hacerlo!
Hemos llegado a un punto muerto en el borde del foso. Así de cerca, veo que en realidad el espacio abierto es sólo una brecha circular entre las capas de telaraña, con nada que impida caer hacia abajo a donde los demonios tiburón están a la espera. Los puentes se han cerrado, lo que nos deja sin alguna sencilla manera de seguir adelante.

Como estoy mirando las murallas del castillo con un solo ojo, manteniendo el otro en los demonios, tengo la extraña sensación de deja vú, como si hubiera visto este lugar antes. Pero no puede ser. Seguramente estoy pensando en castillos que he visto en libros y películas.
Un demonio con poderosas patas traseras rebota en el aire y se lanza a sí mismo hacia Dervish mientras que él está luchando con otra de las bestias. Actuando por instinto, el punk baja la cabeza y las puntas de su cabello se convierten en acero. El demonio es atravesado y muere gritando. Dervish gira la cabeza a la izquierda, luego a la derecha, desalojando al demonio muerto. Él bufa a Beranabus.
— ¿Y ahora qué?
—Tenemos que saltar y escalar la pared—grita Beranabus.
—Yo no creo que pueda ir tan lejos—rugo.
—Entonces te quedas en el Demonata—Beranabus réplica. Antes de que pueda pensar en una respuesta, el mago toma la parte de atrás de mi cuello y salta. Un segundo de terror estomacal, que caigo al mirar hacia abajo en el abismo y los demonios tiburones dando vueltas. Luego golpeó la pared y me quedo adhiero. —¡Vamos! —Beranabus grita a los otros.
Shark salta con facilidad. Lo mismo ocurre con Nadia. Dervish está nervioso y agita los brazos al saltar, pero lo consigue. Así como Sharmila salta, unos demonios se enganchan de su vestido. Ella se libera, pero el ataque le priva de su impulso, y en lugar de navegar a través de la fosa, se cae hacia los tiburones.
— ¡No! —Grita  Dervish, lanzándose por ella, pero es demasiado tarde. Él no la alcanza. Ella cae. Abro la boca para gritar.
Entonces Beranabus está al lado de ella. Envuelve un brazo alrededor de ella. Inclinándose  hacia arriba. Se eleva de nuevo a la pared con ella, aferrándose hasta que se apodera de las telarañas. Ella sollozaba débilmente, pensó que estaba acabada.
—Nunca nos dijiste que podías volar—gruñe  Shark.
—Esto varía de un mundo a otro—dice Beranabus. —En algunos puedo. En otros, no puedo.
—¿Sabías que podías volar aquí? —pregunta Dervish.
Beranabus se encoge de hombros —Tenía un buen presentimiento.
Lo que significa que no estaba seguro. Arriesgó su vida cuando se lanzó después de Sharmila. Otra señal de que no es tan frío e insensible como pretende ser.
Como estamos aferrados a la pared, el puente levadizo más cercano a nosotros esta bajo. Es increíble la forma en que opera el puente y el mecanismo de conducción que se construye enteramente de telarañas. Incluso en medio de mi miedo y locura tengo que hacer una pausa y murmurar, — ¡Genial!
No hay sonido chirriante cuando el puente levadizo aterriza en el otro lado del foso. Perfecto silencio. Los demonios han dejado de parlotear y aullar. Todos se concentran en el puente levadizo ahora, manteniendo su posición, esperando... ¿qué?
Pronto lo averiguaré.
Veo la sombra de algo pequeño, saliendo del castillo. Al principio, creo que es el  demonio que vimos cuando llegamos, el cabeza de piojos, ojos de fuego, pero luego la figura entra en la vista y el corazón me da un salto físico real.
—Art— grito, mientras mi hermano secuestrado se tambalea sobre el puente levadizo. Me mira y se ríe. Exactamente como yo lo recordaba. Indemne por los demonios. No teme en lo más mínimo. Parece tan feliz y en casa como lo era en Paskinston.
Mi impulso inicial es correr a mi hermano, pero Beranabus se interpone:
— ¡Quédate donde estás!
—Pero es…
—Lo sé. Pero, un momento. Vamos a ver quién más sale.
Como él mismo dice, veo dos sombras más aparecer. El primero de la pareja sale. Es Cadáver, el demonio ladrón, con aspecto peludo y repugnante como la última vez que lo vi. Sus largas orejas están rectas y sus grandes ojos blancos están alerta. Toma a Art y  nos mira con su  cara mitad humana, mitad canina. Art abraza al demonio y un rayo de celos brota de mí.
A continuación, la otra figura aparece y los celos son remplazados por el temor y el terror... y reconocimiento.
La criatura tiene tal vez siete u ocho pies de altura. Tiene ocho brazos, cada uno de los cuales termina en dedos rechonchos y deformes, con salientes huesos de la carne. Sin patas o pies, sólo largas tiras de carne por debajo de la cintura. Él no toca el piso del puente levadizo, pero flota en el aire. Piel grumosa, una pálida sombra roja, agrietada en docenas de lugares, segrega sangre de las grietas. Calvo como yo. Oscuros ojos rojos, ninguna parte blanca. Una boca pequeña con una lengua y dientes grises. Sin nariz, sólo dos agujeros por encima de su labio superior. Un enorme agujero en el lado izquierdo de su pecho, donde su corazón debería estar. Un montón de pequeñas serpientes dentro del agujero, revolviéndose, siseando y escupiendo.
Esto era lo que yo estaba tratando de recordar antes, cuando Beranabus me preguntó sobre la primera ventana que forme, hace un año, cuando desaparecí, justo antes de que entrara, algo me miró desde el otro lado. Era un demonio. Este demonio.
Es uno de los más espeluznantes monstruos que he visto, pero eso no es lo que lo distingue. Tiene un aire de autoridad. Puedo sentir la amenaza, el mal, la energía y el poder. Es fácil ver porqué estos otros demonios lo obedecen, por qué están parados como soldados en presencia de un general, en espera de su mando, ansiosos por complacerlo, temerosos de lo que les hará si pierde su temperamento.
Se trata de un demonio de una clase completamente diferente. Puedo sentirlo. Lo mismo ocurre con los demás. Incluso Shark no se ve confiado por más tiempo. Ahora sé por qué Beranabus no quiere luchar contra este monstruo. Por qué dijo que no podía.
Es Lord Loss. Debe ser. No podía ser nadie más.
Después de unos segundos de silencio, que estoy seguro que Lord Loss permite sólo para que podamos admirar su terrible belleza, el maestro demonio alcanza con una de sus ocho manos a Art y le da palmaditas en la cabeza. Art gorjea y trata de morder la carne ensangrentada. Lord Loss sacude su mano antes de que Art encaje sus dientes... incluso los maestros demoníacos son cuidadosos de mi pequeño hermano mordedor.
La cabeza de Lord Loss gira a la derecha, lentamente. Grietas frescas se abren alrededor de su cuello y hombros. La sangre fluye de ellos. Él posa su mirada en nosotros, estudiándonos a la vez. Nadia está murmurando las palabras, un hechizo… un hechizo de protección tal vez, aunque no creo que sea de mucha utilidad si él decide atacar. Lord Loss la observa más que al resto de nosotros, frunciendo el ceño suavemente, luego sus ojos se mueven sucesivamente.
Mientras me estudia, recuerdo cómo me miró antes, la forma en que sus ojos se posaron en mí, entonces, cómo me puse de pie para él. Él podría haber cruzado esa noche, estoy seguro, y  me llevó. Pero me quedo mirándolo. Hago mi mano un puño y lo amenazó con la magia. No estaba seguro de lo poderoso que era. Él se retiró. Eso me da esperanza y la fuerza para mirarlo directamente ahora, sin pestañear.
—Es un placer volver a verte después de todos estos años, Beranabus—dice Lord  Loss finalmente, rompiendo el pesado silencio. Su voz es la más triste que jamás he oído, como si todo el mundo cerca de él hubiera muerto recientemente en circunstancias trágicas y dolorosas.
—No  sé si lo llamaría exactamente un placer—contesta  Beranabus.
—Esta es la primera vez que me visitas aquí, aunque te  he sentido pasar un par de veces antes. No debería haber esperado tanto tiempo, viejo amigo.
—Me hubiera encantado esperar unos cuantos siglos más.
La pareja apenas sonreía el uno al otro. Puedo decir que no hay amor perdido entre ellos. Si sobrevivimos, tengo que pedir a Beranabus, que me hablara de su historia. Apuesto a que es una historia interesante.
Lord Loss deja que su mirada se deposite en mí de nuevo. Suspira con tristeza.
—Cornelius Fleck. Esperaba que no te embarcaras en una misión temeraria. Deberías haberte quedado confortando a tu padre y  madre. Están angustiados sin ti, incluso después de todo este tiempo. Sé que amas a tu hermano, pero que lo haría...
— ¿Qué quieres decir? –Le  interrumpo, la curiosidad me obliga a hablar. —Sólo han pasado unos días desde que salí de casa.
El maestro demonio hace un sonido miserable.
—Pobre niño. ¿No te explicó Beranabus los caprichos del tiempo en este universo?
—Sí—le  digo con inquietud. —Pero... quiero decir... un par de días... no se puede hacer una gran...—Miro  a Beranabus.— ¿Cuánto  tiempo he estado aquí?
—No lo sé—dice  evasivo. —No  importa.
—Por supuesto que importa.—Lord  Loss está de acuerdo.—El  niño cree que puede venir aquí, a rescatar a su hermano, retornar y todo estará bien. Si sólo fuera así de simple—. Suspira  de nuevo. —No  puedo ser exacto, Cornelius, ya que es difícil juzgar el paso del tiempo en su universo, pero han pasado por lo menos cinco o seis años desde que Cadáver se llevó al joven Art.
— ¡No! —Lloro— ¡Eso es imposible!
—Me temo que no sólo es posible, sino que es verdad—insiste  Lord Loss.—Fue desafortunado con los mundos que visito, aunque puede no haber sido mero infortunio. Cadáver es pícaro. Podría haber elegido deliberadamente esos mundos.
Mi corazón latía con fuerza. ¡Hace cinco o seis años! Todos los niños de mi edad que conocí en Paskinston serán adultos ahora. Mamá y papá deben pensar que los dos estamos muertos. Debieron haber sufrido y siguieron adelante con sus vidas. Si vuelvo con Art, a buscarlos, nosotros luciremos igual al día en el que desaparecimos...
—No pienses en eso—silba  Dervish.—Es  probable que esté mintiendo. Él quiere destruir tú confianza.
— ¡Yo no tengo el hábito de mentir! —prorrumpió Lord Loss, apenas se nota el  indicio de rabia en su tono, por lo demás morboso. —De hecho, nunca he dicho una mentira, ¿verdad, Beranabus?
—Así se dice—murmura Beranabus.
—Lo que sea—dice Dervish sorbiendo la nariz.
—Dervish está en lo cierto—Sharmila  me sonríe. —No  pienses en ello. Hay un precio que pagar por entrar en este universo. Si se trata de la pérdida de cinco o seis años... ¿y qué? Lo importante es que volvemos con tu hermano. ¿Sí?
—Supongo que sí—murmuro  con tristeza. —Pero…
—No empieces con “peros”—Dervish  me advierte. —Vas  a ser “objeto” toda la noche si lo haces. —Él  mira de reojo hacia el cielo plateado. —Si  tienen noches aquí.
Lord Loss me mira, un brillo malicioso en sus ojos rojos. Como que me está estudiando, los demonios del otro lado del foso comienzan a inquietarse y murmuran. Se están impacientando. Lord Loss les lanza una mirada fría.
—Creo que será mejor si continuamos nuestras discusiones en el interior. Menos distracciones, ¿mmm?
Beranabus se  tensa.
— ¿Me da su palabra de que nada malo nos sucederá allí?
—Prometo que no los voy a herir o permitírselo a nadie más… mientras que estamos discutiendo lo que sea que te trajo aquí. Una vez que esas discusiones han concluido...—Sonríe como un cadáver.
Podríamos hacer un ataque furtivo, agarrar a  Cadáver y al niño—susurra  Shark. —Kernel podría abrir una ventana para nosotros.
—No es lo suficientemente rápido —murmura Beranabus. —Si  Lord Loss se enoja, y él nos lanza a sus familiares, con órdenes de matar... —Mira  a las filas de los demonios. Niega con la cabeza. —Muy  bien—le  dice a Lord Loss. —Aceptamos  su generoso ofrecimiento, con mucho agradecimiento y sin obligación alguna.
Lord Loss asiente con la cabeza lentamente, luego se gira y se desliza de nuevo en su castillo, Cadáver corre delante de él con Art, tal vez miedoso de que nos lancemos contra él una vez que el maestro demonio esté de espaldas.
Beranabus se arrastra hacia el puente levadizo, que atraviesa la pared vertical del castillo. Me recuerda una escena en una película de Drácula que vi una vez. ¡Si sólo los vampiros fueran todo de lo qué preocuparse!
Sharmila es la siguiente en cruzar, seguida de Dervish, a continuación, Nadia, todavía cantando en voz baja las palabras de un hechizo. Shark moviéndose por mí para seguir adelante, cubriéndome  la espalda, por si alguno de los demonios en el otro lado del foso ataca. Sonrío con agradecimiento, doy una última mirada a las torretas y torres del castillo, intentando recordar por qué se ven tan familiar. Luego me centro en el puente levadizo y me arrastro a mi manera a través de la pared de las redes hacia mi encuentro con el monstruo terrible que reina en su interior.

9 comentarios:

  1. que buen capitulo maldición, casi no puedo esperar por el siguiente, son lo mejor por traducir a Darren

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  2. que gran regalo de año nuevo...gracias!!

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  3. Gracias por el cap xD

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  4. No sabìa que estaban traduciendo estos libros ¡Que bien!

    Grax por su esfuerzo

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  5. super buen trabajoo!! he leido la demonata toda la semana y ahora quiero ayudar a corregir

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    1. Gracias por tu ayuda, mándame tu correo a jesssaldierna@aol.com para ponernos de acuerdo, gracias por sus comentarios los apreciamos mucho.

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    2. Hola:
      Me tienes preocupada. No has contestado mis correos y ya mañana se cumple un mes de nuestra ultima publicación. Necesito saber si has recibido los correos donde te envio los capítulos listos.
      Solo se me ocurrio contactarte por aquí en caso de que haya algo mal en tú cuenta o en la mía.

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    3. Disculpame mucho, ahorita mismo te explico por mail :(

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  6. asadeti_citas@hotmail.com :B .. ademas corregi el capitulo 12 que estaba casi copiado del traductor de google :|

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